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miércoles, 17 de marzo de 2010

Baño de lágrimas en Sevilla (1-2)


La cara del sevillista era un poema. Hacía tan sólo dos horas, rondaba los aledaños del estadio Ramón Sánchez Pizjuan con su camiseta de campeón de la UEFA y hondeaba con frenesí su bufanda europea. Ahora su semblante está oscuro, largo y apagado. Un japonés con el pelo rubio y la ayuda del que fue héroe bajo los palos, Andrés Palop, le hundieron en una noche en la que volvió a ver turcos en lugar de moscovitas. El Sevilla, otra vez fuera de la Champions League por culpa de sí mismo.



La fiesta que reclamó el técnico del Sevilla, Manolo Jiménez, se hizo realidad. Un lleno absoluto en el estadio de Nervión para “levar en volandas al equipo hacia el 1-0” como quería el entrenador. Pero el pacto entre grada y equipo no lo cumplió el once que saltó al césped.

El hincha apretaba los dientes y acallaba a los 2.000 fieles del ejército rojo. Ni por esas. En el minuto 39 llegó el primer pinchazo en el orgulloso corazoncito del nervionense. Marcó Necid y la eliminatoria se compicaba. El estadio siguió dando calor a las once estrellas andaluzas y haciendo del terreno de juego un infierno a los rusos y el Sevilla correspondió por fin. Gol de Perotti y vuelta a empezar en el minuto 41. Está claro que la grada llevó en volandas al equipo con su reacción. Ellos fueron la pierna derecha del, en esta ocasión, mediapunta hispalense.

Tras el descanso, el graderío gritaba y defendía consignas sevillistas desmoralizantes hacia la hinchada rival. Era el segundo paso en la guerra que se libraba en las butacas. En el campo volvió la falta de presencia, seguridad y el alma de grupo. El gol del rubito japonés Honda, a los 55 minutos, derrumbó al aficionado. 1-2 para los moscovitas.

De ahí en adelante, la temperatura bajó al menos 5 grados. El calor de los fieles sevillistas perdió su carbón que lo alimentaba. Con el pitido final, el Sánchez Pizjuan dictó sentencia a modo de cántico airado para el entrenador andaluz: “¡Jiménez vete ya!”.

Es el resumen de un partido con dos caras. La primera, la incondicional grada. La segunda, la de un equipo gris. Sin ideas y sin ocasiones, más allá del esfuerzo de una hinchada incondicional al que la ira por repetir la historia por segunda vez en tres años, le llevó a pedir la cabeza del máximo responsable de la derrota en Liga de Campeones: Manolo Jiménez.

1 comentario:

  1. Mucho hablar del fiasco del Madrid-Lyon pero lo del Sevilla me pareció también de traca, incluso con partes de la grada vacías.

    Los equipos rusos son mucho más fuertes de lo que la gente cree.

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