Hace unos días, el presidente del Getafe FC, Ángel Torres, se quejaba en el Larguero de la baja asistencia al Coliseum Alfonso Pérez, un campo que no registra más del 60% del aforo cada semana. Sin embargo, poco o nada hace para favorecer la afluencia de gente al estadio.
En la última jornada en la que el Getafe jugó en casa frente al Real Madrid las entradas oscilaban entre los 60 y 120 euros, sin coste alguno para los socios. No es de extrañar que los modestos aprovechen para sacar tajada cuando reciben a los mejores de la liga. Sin embargo, y según confiesa Fernando Nuevo, no tiene tanta lógica cuando “se trata un partido televisado”.
Para el próximo domingo, ante el Espanyol poco cambiarán las cosas. En lo que aparenta ser un duelo más que habitual (los locales se enfrentan a un rival en horas bajas), el valor de las entradas varía desde los 40 hasta los 80 euros. De nuevo, los abonados entrarán gratis.
Ante tal panorama, la afición clama contra la doble moral del máximo dirigente: “Ángel Torres siempre se queja de que no se llena el estadio pero sigue manteniendo unos precios escandalosos”, señala Belén Lobo.
¿Estrategia para los fieles?
Muchos creen que con esta política se favorece al fiel seguidor, que entraría gratis a todos los encuentros si desembolsa al principio de la temporada entre 150 y 500 euros por su abono. Pero esta condición no siempre se cumple.
“En la primera fase de la Copa del Rey cobró a los socios 10 euros y luego ya fue subiendo” destaca Belén. No le falta razón. En la vuelta de los cuartos de final, el Getafe se enfrentó al Mallorca y los socios tuvieron que pagar 20 euros para ver el choque. Una decisión polémica que se volvió a repetir en las semifinales contra el Sevilla. “En otros campos entraría dentro del precio del abono pero aquí no”, asegura el aficionado azulón Ramón Serrano.
El grado de hastío es tal, que la afición empieza a cansarse de estas medidas: “Al presidente lo único que le importa es la popularidad; le encanta salir en los medios de comunicación pero la afición no le interesa lo más mínimo”, declara enervada Alicia Bermúdez. En esta línea también se pronuncia Martín Gurrea, que dice que “Torres falta el respeto a la gente cuando dice que el fútbol es un lujo y que quien no lo pueda pagar, que no vaya. Siempre presume de que el club es suyo y de que con él hace lo que quiere”, sentencia.
Pese a la lluvia de críticas, Ángel Torres pretende seguir exprimiendo al incondicional. Según confirmó hace dos semanas en el Larguero, el máximo dirigente quiere construir un nuevo estadio, con una variada oferta de ocio en su interior y la forma de lograrlo puede llegar a incrementar los precios generales.
El fin a los problemas puede estar en tomar las medidas contrarias a las actuales, tal y como asegura Francisco Contreras, otro hincha getafense que asegura que “con precios más baratos, iría más gente y el rendimiento económico del club sería mucho mejor”. El cisma parece cada vez más evidente.
En la última jornada en la que el Getafe jugó en casa frente al Real Madrid las entradas oscilaban entre los 60 y 120 euros, sin coste alguno para los socios. No es de extrañar que los modestos aprovechen para sacar tajada cuando reciben a los mejores de la liga. Sin embargo, y según confiesa Fernando Nuevo, no tiene tanta lógica cuando “se trata un partido televisado”.
Para el próximo domingo, ante el Espanyol poco cambiarán las cosas. En lo que aparenta ser un duelo más que habitual (los locales se enfrentan a un rival en horas bajas), el valor de las entradas varía desde los 40 hasta los 80 euros. De nuevo, los abonados entrarán gratis.
Ante tal panorama, la afición clama contra la doble moral del máximo dirigente: “Ángel Torres siempre se queja de que no se llena el estadio pero sigue manteniendo unos precios escandalosos”, señala Belén Lobo.
¿Estrategia para los fieles?
Muchos creen que con esta política se favorece al fiel seguidor, que entraría gratis a todos los encuentros si desembolsa al principio de la temporada entre 150 y 500 euros por su abono. Pero esta condición no siempre se cumple.
“En la primera fase de la Copa del Rey cobró a los socios 10 euros y luego ya fue subiendo” destaca Belén. No le falta razón. En la vuelta de los cuartos de final, el Getafe se enfrentó al Mallorca y los socios tuvieron que pagar 20 euros para ver el choque. Una decisión polémica que se volvió a repetir en las semifinales contra el Sevilla. “En otros campos entraría dentro del precio del abono pero aquí no”, asegura el aficionado azulón Ramón Serrano. El grado de hastío es tal, que la afición empieza a cansarse de estas medidas: “Al presidente lo único que le importa es la popularidad; le encanta salir en los medios de comunicación pero la afición no le interesa lo más mínimo”, declara enervada Alicia Bermúdez. En esta línea también se pronuncia Martín Gurrea, que dice que “Torres falta el respeto a la gente cuando dice que el fútbol es un lujo y que quien no lo pueda pagar, que no vaya. Siempre presume de que el club es suyo y de que con él hace lo que quiere”, sentencia.
Pese a la lluvia de críticas, Ángel Torres pretende seguir exprimiendo al incondicional. Según confirmó hace dos semanas en el Larguero, el máximo dirigente quiere construir un nuevo estadio, con una variada oferta de ocio en su interior y la forma de lograrlo puede llegar a incrementar los precios generales.
El fin a los problemas puede estar en tomar las medidas contrarias a las actuales, tal y como asegura Francisco Contreras, otro hincha getafense que asegura que “con precios más baratos, iría más gente y el rendimiento económico del club sería mucho mejor”. El cisma parece cada vez más evidente.
Intenté ir a ver el Getafe - Atleti. 50 euros la entrada más barata. Hubo que acabar oyéndolo por la radio...
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