Otra vez el fútbol vuelve a avergonzarse de sus aficionados. Y ya van… Esta vez ocurrió en La Rosaleda, el estadio del Málaga. Recibía a un Sevilla titubeante en Liga. El partido prometía mucho para las dos aficiones. Y así fue. El equipo hispalense tuvo que sudar tinta para acabar ganando (1-2). Trágicamente, el encuentro fue lo de menos.
En una pelea entre hinchas andaluces de ambos equipos (de los que se cree que sus forofos son simpatizantes entre sí), un joven sevillista de 24 años fue apuñalado en el tórax a las 13.00 horas del día de ayer, ataque tras el cual, se desvaneció. Tras intentar ser reanimado por los servicios sanitarios, el herido ha sido trasladado en una UVI Móvil hasta el Hospital Carlos Haya. Para cuando el encuentro terminó, el herido ya se encontraba estable y en planta.
Según apunta EFE, la batalla campal se produjo en el barrio de Martiricos. Alrededor de una veintena de aficionados malaguistas, ataviados con bufandas, cascos y con las caras tapadas iban en dirección al autobús de los seguidores sevillistas. Pronto volaron las botellas y las bengalas. Después de una hora de trabajo disuasorio de la Policía Nacional, a las 14:00 horas, los aficionados hispalenses fueron trasladados al interior de La Rosaleda por una única puerta para evitar males mayores.
Además del mencionado, podría haber al menos dos heridos leves más por estos enfrentamientos. Uno por una contusión con un bate de béisbol en el costado y otro por herida de arma blanca en una mano y que no quiso ser atendido por las asistencias sanitarias. Ambos eran aficionados sevillistas. La Policía requisó bates de béisbol y otros objetos contundentes, además de efectuarse retenciones e identificación de varios seguidores.
En una pelea entre hinchas andaluces de ambos equipos (de los que se cree que sus forofos son simpatizantes entre sí), un joven sevillista de 24 años fue apuñalado en el tórax a las 13.00 horas del día de ayer, ataque tras el cual, se desvaneció. Tras intentar ser reanimado por los servicios sanitarios, el herido ha sido trasladado en una UVI Móvil hasta el Hospital Carlos Haya. Para cuando el encuentro terminó, el herido ya se encontraba estable y en planta.
Según apunta EFE, la batalla campal se produjo en el barrio de Martiricos. Alrededor de una veintena de aficionados malaguistas, ataviados con bufandas, cascos y con las caras tapadas iban en dirección al autobús de los seguidores sevillistas. Pronto volaron las botellas y las bengalas. Después de una hora de trabajo disuasorio de la Policía Nacional, a las 14:00 horas, los aficionados hispalenses fueron trasladados al interior de La Rosaleda por una única puerta para evitar males mayores.
Además del mencionado, podría haber al menos dos heridos leves más por estos enfrentamientos. Uno por una contusión con un bate de béisbol en el costado y otro por herida de arma blanca en una mano y que no quiso ser atendido por las asistencias sanitarias. Ambos eran aficionados sevillistas. La Policía requisó bates de béisbol y otros objetos contundentes, además de efectuarse retenciones e identificación de varios seguidores.
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