Clásicos a la antigua usanza

Este sábado se juega el Real Madrid - Barcelona, partido que decidirá el campeonato de liga menos igualado desde hace muchos años. Sin embargo, no es el único clásico que se va a jugar esta semana. El pasado martes se disputó un derbi mucho menos conocido, pero cuya rivalidad data nada menos que de 1891, primer año del campeonato de Irlanda del Norte. Un verdadero clásico, el Linfield - Glentoran, que nos recuerda al fútbol más tradicional fuera de los patrocinadores y millones del partido español.

Tanto Linfield como Glentoran son de la ciudad de Belfast, donde se encuentran los mejores clubes de todo el país. Uno es el equipo de los protestantes por excelencia, mientras que el otro aboga por el buen juego ante todo (como bien dice su escudo). Aunque Irlanda del Norte es una zona donde siempre han existido los problemas religiosos entre protestantes y católicos, la rivalidad responde en realidad a un componente deportivo, donde los dos equipos monopolizan los títulos de liga y copa desde hace varios años. Con todo su encanto, el derbi siempre ha sido el más violento del país y hace 25 años tenía de todo: sorna, cánticos, invasiones de campo y hasta agresiones.


En esta ocasión, las aguas estuvieron menos revueltas, tal vez por el hecho de que se jugara un martes. Linfield buscaba rematar una liga que lidera con holgura, mientras Glentoran quería mantener sus opciones. Aunque los segundos se colocaron por delante en el marcador, Linfield terminó dominando el partido y remontó hasta vencer por 3-1. Windsor Park, estadio para 15.000 personas, no se llenó. Pero los cánticos y el empuje de los Blues sirvió para que su equipo ganase, con toda seguridad, el campeonato nacional.


Si tenemos en cuenta que la máxima emoción que tiene la liga de Irlanda del Norte son estos derbis entre sus dos serios aspirantes, siento decir que en España corremos la misma suerte con el Barça de Guardiola y el Real Madrid de Florentino.